¿Qué es un radar de lluvia y cómo funciona?

A todos nos ha surgido alguna vez la pregunta, ¿cómo sabe el meteorólogo de la televisión o de nuestra página web favorita dónde va a llover, cuándo y cuánto? Pues bien, esta respuesta es sencilla, y es gracias a un mecanismo llamado radar de lluvia.
El radar de lluvia mantiene un seguimiento continuo sobre las precipitaciones en una zona concreta, permitiéndonos conocer con suficiente antelación, la lluvia que va a caer en una zona en concreto. En caso de cualquier tipo de precipitación estaremos prevenidos gracias al radar de lluvia, también llamado radar de precipitación.
A lo largo de este invierno por ejemplo, hemos tenido grandes borrascas con nombre propio: Carmen, David, Emma, Félix, Gisele y en estos días, Hugo. Y aunque algunas han cogido a muchos desprevenidos (haciendo algún viaje en carretera, o simplemente porque las ciudades no se han preparado como deberían), siempre sabíamos cuando iban a empezar con anterioridad. Siempre gracias a la Agencia Estatal de Meteorología, a sus previsiones y a los radares de lluvia y/o precipitación.
El radar de lluvia en la historia de la meteorología: Origen del radar de lluvia
Antes de la invención del radar de lluvia, las previsiones climatológicas se calculaban mediante ecuaciones matemáticas, a través de las cuales los meteorólogos podían hacer previsión del tiempo.
En los años 40 los radares eran utilizados para observar a los enemigos en la Segunda Guerra Mundial; a menudo estos radares detectaban señales desconocidas y que ahora denominamos frentes de lluvia. Tras el fin de la guerra los científicos lograron hacerse con el aparato y convertirlo en lo que ahora conocemos como radar de lluvia y/o precipitación.
El radar de precipitaciones ha sido una revolución en cuanto a meteorología se refiere: ha permitido a las grandes agencias meteorológicas obtener información para hacer previsiones, y también para saber de antemano la dinámica de una nube, así como conocer el rumbo que tiene, su forma, velocidad y la probabilidad de provocar precipitaciones.
Cómo funciona un radar de lluvia
La interpretación de las previsiones que da el radar de lluvia es compleja, ya que aunque fue un adelanto para el mundo de la meteorología, los radares no aportan datos concretos sobre las distancias y es difícil conocer la localización exacta del objeto meteorológico del que se habla.
Para realizar una previsión lo más acertada posible, los meteorólogos estudian el movimiento de un posible frente. Cuando la luz del sol choca con una nube, las ondas electromagnéticas que se emiten al radar varían de frecuencia, lo que permite conocer las características de la posible precipitación.
Si la variación es positiva, el frente se acercará y aumentarán las probabilidades de precipitación, por el contrario si es negativa, el frente se aleja y la probabilidad de precipitación disminuye.
Cuando toda la información del radar se traslada a una imagen informática, el frente de precipitación se clasifica por la intensidad de la lluvia, el granizo o la nieve… aignando un rango de colores desde el rojo al azul, dependiendo de la intensidad lluvia.